martes, 2 de septiembre de 2014

Aversión o propensión al riesgo, cultura de la prevención.

Reflexiones en Linkedin.




Hoy estoy productivo y he pensado dejaros algunas de mis reflexiones que comparto en linkedin, en este caso en el grupo Prevencionar. Los comentarios vienen a colación de la pregunta que hizo el compañero de grupo Manuel José Morales Martínez y que decía así:
A menudo es difícil tratar de expresar a alguien que no trabaja en nuestro ámbito, el alcance y significado de la prevención, y de la forma que nuestro comportamiento incide en la actividad profesional que desarrollamos.
Ayer al escuchar la noticia del herido al recibir la descarga de un avión antiincendios por la campaña solidaria del ELA, me vino a la cabeza la pregunta “si la falta de concienciación que vemos en las empresas es extrapolable a la sociedad en general”. Me explico.
Cualquier persona que ANTES de realizar esta acción hubiera pensado los efectos o riesgos que podría haber tenido lanzar 1.500 litros de agua desde 7 metros, con un avión en movimiento (EVALUACIÓN DEL RIESGO), hubiera “en su sano juicio” actuado de dos formas:
1. cancelando la operación (PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN) en caso de desconocer a ciencia cierta sus posibles consecuencias;
2. o tomando MEDIDAS PREVENTIVAS (menos cantidad de agua, lanzamiento desde aparato estático, etc.).
Las personas somos aversas o propensas al riesgo en un amplio espectro de actividades, y nuestra percepción viene determinada por innumerables factores que nos hacen actuar de uno u otro modo.
Esto pone de manifiesto que la cultura de la prevención en la sociedad no está tan lejos de lo que a diario observamos en el mundo empresarial, y cuando muchos nos escandalizamos de ciertos accidentes de trabajo, deberíamos reflexionar como actuamos en nuestra vida cotidiana. 
La PREVENCIÓN está en el día a día de todas las personas, y la EVALUACIÓN DE RIESGOS en la toma de decisiones habituales. Para mí la prevención es una aptitud y una actitud en la forma de hacer las cosas, ¿vosotros que pensáis al respecto?

y estos son mis dos reflexiones que aporté al debate:



1.- 
Hola Manuel José y Mariano, comparto con vosotros casi todos los comentarios de tu entrada, es cierto que quizás es una simplificación el clasificarnos a todos o bien en aversos o propensos a los peligros, pues a veces existen muchos factores que hacen que esa actitud que comentas pueda permanecer al margen, abandonando así el sentido común. 
Ese sentido común que adquirimos por medio de experiencias propias y ajenas, debería haber dicho al ciudadano belga que el gesto bienintencionado podía traer consecuencias mayores. 
Sin embargo y como a la mayor parte de los trabajadores accidentados las acciones inseguras de él, el piloto y el fotógrafo por omisión, y no las condiciones del lugar o los equipos utilizados, han provocado este accidente. 
A veces la búsqueda de la audacia o simplemente el realizar.una "payasada" puede costar caro. En estos días y bajo el amparo de esta campaña, pero también con otras, vemos que estas actitudes son mas que una anécdota. 
Me estoy acordando de algo que leí esta mañana en la Wikipedia y que aunque no justifica ciertas actitudes imprudentes si que al menos resulta curioso. 
Es la "teoría del granjero y el cazador" propuesta por Thom Hartmann, que propugna que el TDAH (Trastorno Deficit Atención) fue originalmente un modelo comportamental que dotaba al cazador de ventajas comparativas respecto de sus congéneres, tales como un temperamento incansable, enérgico, explorador, sensorialmente hipervigilante y rápidamente predispuesto a huir o plantar cara/enfrentarse (fight or flight) frente a eventos potencialmente peligrosos. Estas características habrían resultado biológicamente valiosas, antes de que la agricultura modelara hábitos de vida sedentarios entre los humanos. En el mundo moderno, este tipo de comportamiento se considera inapropiado, donde se valora la atención y se desaprueban la inquietud y la impulsividad. 
Está claro que aún hay mucho cazador por ahí suelto. 
Con respecto a lo que comentáis de la formación y aprendizaje como posible solución para instaurar una cultura preventiva, no dudando de que sea un pilar principal en la prevención si os puedo comentar que en la asignatura llamada Seguridad en Instalaciones de Sistemas de Automatización, que he cursado en un reciente CFGS, mis compañeros, mucho más jóvenes que yo asistían con total desidía y apatía, sin ser conscientes de la importancia de su contenido. 
Se que en el plan nuevo de este ciclo y en otras formaciones regladas la prevención va siendo tratada de forma transversal en cada materia, y no de forma aislada y no integrada, lo cual permite al alumno visualizar más fácilmente los beneficios que le puede reportar y adquirir comportamientos seguros, aún así recibí con desánimo infinidad de comentarios de jóvenes compañeros sobre la supuesta "inutilidad de dicha asignatura en particular y la prevención en general". 
Queda mucho por hacer, ánimo.
 Juan Rubén Jiménez Lavado y Mariano Del Castillo recomiendan esto
y un poco más tarde:  
2.-
Desde un punto de vista más general, pero totalmente aplicable al aspecto preventivo, en estos momentos tenemos una sociedad reactiva donde una parte importante de la población no prevé las consecuencias de sus actos (la vida son dos días para que mirar más allá del momento presente), siguen las pautas que otros les marcan sin capacidad crítica, siempre y cuando esas pautas no supongan esfuerzos (somos capaces de comprar el último modelo de móvil porque me permite el 4G sin comprobar antes la cobertura o la necesidad, por ejemplo, sin embargo ante una recomendación preventiva apatía y más apatía), no nos gusta la reflexión (para que pensar, bastantes problemas tenemos con llegar a fin de mes) por eso solo reaccionamos cuando los hechos están consumados, esperamos que los demás hagan las cosas y además y más preocupante, se nos descarga de dicha responsabilidad (por ejemplo el problema de la educación son siempre la falta de medios. el profesor, el número de alumnos... y nunca la actitud del alumno) y lo peor de todo es que cuando las consecuencias nos sobrepasan, el análisis y la reflexión no aparece, normalmente se responde agresivamente frente a los problemas (por ejemplo si un hombre aparca en el lugar reservado para minusválidos ¿por qué yo no lo voy a hacer?, y si el vigilante se dispone a multarle, posiblemente, lo increpará, llegando incluso a hacer apología de esta actitud en tertulias de bar tan plácidamente, sin pensar en la falta de civismo) . 
Lógicamente sé que esto no es así totalmente y solo es una parte de la población la que mantiene esta actitud, pero también es cierto que los aires dominantes en la vida social, laboral y educativa tienden más a esa actitud reactiva, que a la contraria, entrando en conflicto en nuestro campo profesional con el modelo proactivo de hacer prevención que propugna la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. 
Dejemos de actuar siguiendo la comodidad y la falta de reflexión, en la vida y en nuestra seguridad en el trabajo, centrémonos en las circunstancias que nos rodean y no tanto en nuestro enorme YO, independientemente de nuestra situación, seamos activos en la búsqueda de soluciones, laborales o personales, debemos ver si nosotros somos también parte de un problema y no siempre el responsable es un tercero (que cómodo es eso), tomemos la iniciativa para conseguir objetivos, aún sabiendo que requiere esfuerzo y dedicación (las recompensas no deben ser gratuitas, deben ser merecidas), debemos esforzarnos por ser responsables en nuestras decisiones (por ejemplo recordar la actitud de nuestros padres ante la palabra dada ¿qué ha cambiado en tan poco tiempo?, yo no soy un abuelo), y para finalizar siendo positivo, ver en todas estas debilidades en la sociedad una posibilidad para establecer unos nuevos fundamentos, sociales y laborales, más humanos y responsables. 
Respondiéndote Manuel a lo que planteabas al comienzo de la entrada, no creo que se sienta muchas veces, ni adversión ni propensión, lo cual indica algún posicionamiento, sino lo que es peor para todos, INDIFERENCIA por casi todo lo que suponga esfuerzo, al peligro, a lo que hago, a lo que me digan.... 
Ánimo, la cultura preventiva necesita aún mucho apoyo por parte de todos.
Federico Guillermo Marín Martín recomienda esto
Se que es una entrada larga, pero no quiero dejarla pasar.
Si queréis leer toda la discusión aquí tenéis el enlace al mismo.
Debate cultura prevención.

Un saludo.




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