Introducción
Cuadro Kuka, junto a cintas a revisar. |
Trabajar en mantenimiento, implica en mi caso, abarcar un amplio abanico de actuaciones y dado el carácter agroalimentario de la empresa en la que estoy empleado, es normal y casi obligado, actuar de forma correctiva o preventiva sobre cualquiera de las múltiples cintas transportadoras de las que poseemos en la instalación.
Para el transporte de nuestros productos combinamos tanto rodillos como bandas, estos dispositivos son de una gran sencillez de funcionamiento y una vez correctamente instalados, suelen dar pocos problemas mecánicos y de mantenimiento.
Su funcionamiento se basa en la transmisión por correas, para ello constan de una banda sinfín, de naturaleza flexible, y sobre la que se apoya unos rodillos de giro libre, y que mis compañeros y yo, habitualmente llamamos "rodillos locos".
Aunque la constitución puede ser muy variada y compleja, para nuestro caso partiremos de la constitución más simple y habitual, o sea que lo normal sería que en los extremos de ésta, nos encontráramos con otros dos elementos llamados tambores, o bombos, uno de ellos será motriz convirtiéndose en el verdadero artífice del movimiento de la banda o cinta y otro que se limita a mantener tensa y transmitir el desplazamiento generado en el otro extremo.
Para finalizar, estos dos componentes y la posible parafernalia asociada a cada caso particular, como pueden ser actuadores, sensores, cuadro eléctricos, etc, se situarán sobre un bastidor, de constitución metálica en la mayoría de los casos, y que le proporcionará la rigidez y base necesaria al conjunto.
Cintas transportadoras revisada, vista frontal, sobre las se sitúan actuadores y sensores diversos. |
Mantenimiento
Motor del fabricante ABB. |
Hace unas noches mi compañero Javier y yo, tuvimos que revisar las cintas de entrada al robot que paletiza las cajas vacías y que retomarán los agricultores para volver a traer producto a la cooperativa.
Realmente se trata de cintas de escasa longitud y aparente sencillez. Sin embargo, como en muchos aspectos de la vida, cosas sencillas se tuercen o bien en el mejor de los casos, se hacen un poco más complicadas de lo previsto. Algo así nos ocurrió a nosotros, que confiados en su tamaño, pensamos que la cosa iba a ser más rápida de lo que fue.
En este caso, el motivo de la actuación, no fue una avería, sino una revisión completa, con su preceptiva limpieza y sustitución de elementos deteriorados o que previsiblemente pudieran estarlo próximamente.
Descartamos el motor, que como hemos dicho transfiere el movimiento a los rodillos y tambores existentes, al no haber duda de su correcto funcionamiento. Aquí lo podéis observar, con su lágrima aflojada, poco antes de retirarlo del eje.